Dicen que los equipos son un alma de sus entrenadores….yo el otro día vi en el campo a un equipo que me gustó.
Fue de menos a más, en todo. En entrega, en pelea, en acierto y en resultado.
Las dos primeras partes comenzamos perdiendo y las terminamos empatando, lo que dejaba el desenlace para la tercera parte, que nuestros peques ganaron y se llevaron una alegría tremenda.
Los padres es otro cantar, sufriendo en las gradas, como sufren todos mis equipos…
pero los jugadores no sufren, se acostumbran a pelear, a luchar y a darlo todo y con esas premisas consiguieron poco a poco pelear cada pelota, cada ataque y por ultimo lograr la victoria.
Los mas peques, Rojo, Inés y Clara estuvieron tremendos, si bien la primera parte estaban aún dormidos, el resto del partido fue para soñar.
Gabriela va encontrándose cómoda y cogiendo velocidad y el resto de veteranos, Leo, Carlos, Samu, Diego y Mario, siguen mejorando y ayudando a los más pequeños.
Hablaban el otro día, en un artículo de un periódico, de GENERACION BLANDITA, “mis peques” en la pista ¡no serán blanditos!